2.25.2006

No soy yo


Me hablas gritando y te escucho en susurros. No escribo pensando en qué debo escribir, sino singuiendo órdenes de un alma escondida. Creo volar y caer, y no olvido tu cara. No soy yo, no puedo quererte, ni tenerte, ni mirarte sin pensar que no hay lágrimas sin tu nombre, que no siento vida sin hablarte, que me pierdo en un sueño donde intentas mirarme.
Doy tumbos entre paredes de estupidez con ojos ciegos sin esperanza, cantando con la frente pegada al cristal, en un tren que recorre una ciudad que no me conoce pero me ampara. Y deseo estar cerca de ti como ansío tu respiración inconstante, tu barba de dos días, tu cigarro de liar.
Y creo que he vuelto a la levitación adolescente mientras me muevo a tu alrededor, me convierto en sombra para seguirte y en dolor al despedirme de ti.

2.22.2006

Tal vez, mi mejor año tampoco llegó


"Quiero escribir el final de esta historia incompleta
perdernos por otras ciudades
fugarnos a otros planetas
Quiero escribir aunque sea un renglón cualquiera
a la palabra tristeza
prometo dejarla fuera
Quiero seguir por el rumbo del corazón espontáneo
para decir lo que siento
aunque a veces te haga daño
Seguir por la ruta de los buenos navegantes
perderme de vez en cuando
para poder encontrarme."



*Destinació: Bon Viatge. Disfruten de la compañía.

2.18.2006

Más de lo mismo

Siento frío y no tengo abrigo.
Siento miedo y no sé de qué.
Siento pena y no estoy triste.
Siento vergüenza y no hay motivo.
Siento alegría y no se porqué.
Siento calor y es invierno.
Siento dolor y no estoy herida.
Siento nostalgia y no hay recuerdos.
Siento amor y no lo siento.

¿Qué estúpidas sensaciones se creen con derecho a forjar un sentimiento sin poder saber lo que es sentir?
¿Me puedo jubilar de mi propia vida, o aún no tengo la edad?
Preguntas al viento, respuestas que no existen. Más de lo mismo.

Conexiones inconexas en mentes cansadas llevan a contradicciones obvias y desvarío.

2.06.2006

Rock y Starbucks


Relatar un viaje es como bailar sin pareja, limitados por la ausencia de alguien capaz de comprender una danza que no comparte. No voy a intentarlo.
Entre humos, alcohol, noches frías, cafés edulcorados y la compañía de la música he vivido unos días inolvidables. Nunca sabes cuanto puede ayudarte una canción, una ciudad lejana o una persona que desconoce el poder de su presencia. En un Madrid soleado, donde las calles grises desprenden olores de rock, rodeada de gente nueva y envuelta en ropas ajenas, he tenido el placer de descubrir cuanto puede aportarte la compañía y generosidad de quienes te ofrecen todo y no piden nada a cambio. He andado descalza en un mundo mágico de sonrisas sinceras, abrazos compartidos y canciones inolvidables. Sólo desaría que todos tuvieran la oportunidad de sentirse tan sumamente bien como yo me he sentido estos 4 días. Y únicamente me queda agradecer a todos aquellos que han hecho vibrar mi corazón y le han dado un vuelco positivo a mi vida condenada por la nostalgia. A mentes jóvenes que navegan en mares cercanos y que te ofrecen un salvavidas sin dudarlo, a poetas en concierto, a extraños que observan, a músicos que prometen, a amigas que merecen tanto, a locuras improvisadas, a sentimientos que son mostrados, a lucía y su bella historia de amor.

Cuando sucede algo extraordinario, no suele repetirse. Sin embargo, me queda el consuelo de poder vivir algo parecido, la alegría de saber lo que ya sabía, y cómo no, la música.

Gracias Cris por abrirme las puertas de tu vida.